Silentium. Música que brota del silencio. Música que hace silencio. El silencio del universo ante el desgarramiento primordial. Dios vaciado de Dios. El hombre rebelde, divinización de la rebelión, crucificado. Uno más de aquellos que fueron usados por los romanos casi como árboles de carne. Plantaciones en los caminos de piedra que aseguraban la estabilidad del imperio. Ningún imperio se ha forjado sin tener cadáveres debajo. Jesús de Nazaret, voz de Dios ante el mundo, se hizo silencio. Y entonces fue el silencio.
YERUSHALAIM
Es la última semana de Jesús de Nazaret. Un campesino galileo que se inserta en la ciudad. Se celebran las fiestas de la Pascua. Memoria. Liberación. Origen en las conmemoraciones pastoriles cananeas. La gente sabe que él ha sanado a los enfermos, que lo ha hecho incluso en días prohibidos, que ha desafiado a las autoridades romanas. “Alégrate, hija de Sión. Viene tu rey pero humilde, cabalgando sobre un asno”. Bendicen al que llega, entre tantos peregrinos. Le piden al galileo que los sane, que los libere de la opresión de los romanos. “Hossana”, sálvanos.
HIGUERA SECA
No es que el maestro rechace la pretensión de liberación. No es que desestime la necesidad social de una salvación. Pero su problema es otro en este episodio. Los religiosos han hecho de la religión un sistema cerrado para protegerse. Se han acicalado tanto que se han olvidado de Dios, de lo Abierto. Jesús tiene hambre y ve una higuera. Pero ella no da fruto. La maldice. Luego entra al templo, y dialoga con los fariseos, los escribas y también con los herodianos. Los representantes de la religión popular, los administradores de lo sagrado, y aquellos otros que simpatizan con los reyes invasores. Ellos tampoco dan frutos. El carpintero los confronta. Para ellos es más importante la doctrina que la vida. Las personas han desaparecido de sus ojos. Obligan a cumplir mandamientos que ellos no son capaces de soportar. Son como la higuera. Higuera seca. Guías de su propia ceguera. Cobran impuesto incluso al amor. Su religión es nada más que una burla a la fe. Por esto, para el maestro, mucho más cercano a pensadores de frontera como Nietzsche y Kazantzakis que a los contemporáneos dueños de los dogmas, la vitalidad del universo se manifiesta en contradicción con los sistemas. Y esto es escándalo. Luego sale del templo, y ve que la higuera se ha secado.
PANIS VITAE
Un encuentro a puerta cerrada. Pocos pudieron recopilar las palabras del maestro. Es su testamento. Cae la noche. Hay tristeza. Abre su herida. Parte el pan, vierte el vino. Antiguas libaciones, conectadas con los rituales dionisiacos, con los cultos más antiguos. Ceres. Osiris. Pachamama. Chicomecoatl. Canibalismo sagrado, se podría decir. Hacer símbolo del Misterio. Beber de él. Él es pan de vida. El que coma su carne y beba su sangre no tendrá sed jamás. Ego sum panis vitae. Banquete sagrado, en el que se adquiere una fuerza Numinosa. Para algunos místicos era la unión matrimonial: Juan de la Cruz, Teresa de Jesús. En el caso del evangelista, también de Pablo, es banquete, celebración, ritual divino de comer y beber de Dios. Comer y beber en Jesús de Nazaret. Beber juntos. Hacer comunidad. Semilla divina que cae a tierra, y brota en la resurrección estacionaria.
SENTENTIA
“Hemos encontrado a éste incitando a la rebelión a nuestra nación, oponiéndose a que paguen tributo al César y declarándose Mesías rey”. Es una de las frases más auténticas que conservan los evangelistas. No la pudo ocultar la historia de las iglesias. Esta es la base de la condenación del hombre rebelde. Por esto fue puesto en una cruz. Rebelión ante el absurdo, dice Camus. Rebelión metafísica. Cuestionamiento al amo y al sistema que esclaviza. Una percepción distinta de la Vida, de lo Divino. Silencio ante el bullicio que condena. Liberación. Sentencia.
NOCHE OSCURA
Pensar a Dios como un muerto. En Jesús, muere Dios. Dios ha muerto, gritaba Nietzsche. Dios ha muerto, es un himno de Lutero. Dios impotente, crucificado entre bandidos. No muere para que nosotros no muramos. El hecho que lo contradice es que seguimos muriendo. Muere con nosotros. Se une a la humanidad que nace sin que se lo pregunten y se va sin pedir permiso. Pero los políticos y los religiosos, es decir los payasos, lo hacen víctima, lo asesinan. Devoran los ojos a la libertad. Muere entre los miles de crucificados en los senderos romanos. Muere como un judío más en los campos de concentración. Muere en Auschwitz. En Jesús, Dios muere con nosotros. Muere en América Latina. Una indígena violada por los conquistadores. Un negro desarraigado de su tierra madre y traído a servir en plantaciones. Un desplazado colombiano perdido en las calles de cualquier ciudad. Marchamos a la cruz, la horca, la sierra. Mañanas de tierra, desgarradas. Pero aún es viernes. Esperamos que la muerte no tenga la última palabra.
ERGO FACTUM SILENTIUM
El descendimiento de Cristo, cuadro del pintor flamenco Peter Paul Rubens. Un cadáver que bajan de la cruz en una tela blanca. Todos los milagros reducidos a un féretro. Se acerca el olvido. Otoño. Invierno. La vida tiene sus estaciones. Y yo también. Soy un árbol que sangra mientras se deshoja. Una gota de vida que se funde en el mar. Todo es bruma. El cielo llora. Y entonces el silencio. Ergo factum fuit silentium. Es de ver el rostro de la madre. La mirada perdida de las mujeres. La tristeza en los ojos de los amigos. Silencio del universo. Dios ha muerto. Entonces avanza el desierto. Dios despojado de Dios. Despojado incluso de vida. La hora más oscura. Hasta los ángeles dudarían, dice Yourcenar.
VIVENTEM CUM MORTIUS
Todo se ha perdido. Ha muerto el maestro. Dos de sus amigos caminan desconsolados en las afueras de la ciudad. “¿Eres tú el único forastero en Jerusalén, que desconoce lo que ha sucedido allí estos días?”, le dicen un caminante que pregunta. La libertad misma fue aplastada. La voz de la rebelión removida. El forastero, que es jardinero, los interpela: No tengan miedo: el tiempo no existe: la eternidad lo ha despedazado. Ad illas quid quaeritis viventem cum mortius. ¿Por qué buscan entre los muertos al que vive? La semilla inicial. Higuera fértil. Trigo invernal. Pan inmortal. Ha brotado su carne de la oscuridad. La tumba vacía. El jardinero. És el. El final es diferente. Una eucatástrofe. El mito se hizo realidad, decía C.S. Lewis. Ese cuento que tiene un final distinto. Entonces se cumple el clamor de T.W. Adorno, de que la muerte no tenga la última palabra. No, no la tiene.
SILENCIO
Silencio.
Río que se renueva con su paso.
Se hace desierto.
Desnudez de voz.
Ese hilo de vida
que de repente seca,
se agota en su débil laberinto,
y todo es sal.
Pez muerto.
Inanición del alma.
Sol.
El niño
Horada la roca de su sepulcro.
grita inversamente
tragándose el ruido del universo.
Y es entonces el silencio.
El vacío absoluto de la nada.
La serenidad que entibia
Las venas subterráneas.
Es comienzo.
Lleva en sus manos la semilla
y la esparce con serenidad
sobre la carne frágil.
Ya no hay espacio.
No hay tiempo.
Es canto-mudo.
Ave meditativa.
Es silencio.
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